¿Qué es?
La bursitis trocantérea, o trocanteritis, es la causa más frecuente de dolor procedente de las estructuras periarticulares que conforman la cadera. Esta patología a menudo llega a pasar inadvertida, siendo diagnosticada como una coxalgia inespecífica.
La bursitis trocantérea es la inflamación de las bursas serosas que se encuentran situadas en la zona proximal del fémur. Como dichas bursas se encuentran rellenas de líquido sinovial, se encuentran expuestas a todos aquellos procesos inflamatorios que afectan a la cadera como, por ejemplo, la artritis reumatoide.
Causas y factores de riesgo.
La principal causa de la bursitis trocantérea es la fricción repetitiva de la banda iliotibial sobre el trocánter mayor, en los movimientos de flexo-extensión de cadera. No obstante, también existen otras causas y factores de riesgo que pueden desencadenar una bursitis trocantérea:
- Artritis reumatoide.
- Espondilosis lumbar.
- Alteraciones por parálisis.
- Artroplastia total de cadera.
- Artrosis de cadera.
- Caídas sobre la cadera.
- Sobreuso en algunos deportistas, como en el caso de los corredores o las bailarinas de ballet.
- Dismetría de las extremidades inferiores.
- Amputaciones de miembros inferiores.
- Pies planos.
- Obesidad.
- Alteraciones biomecánicas en las extremidades inferiores, el sacro y la columna lumbar.
- Espolones óseos.
- Tendinitis de rotadores externos de la cadera.
Tratamiento de fisioterapia
En la bursitis trocantérea es muy importante el trabajo de rehabilitación por parte del fisioterapeuta. El principal objetivo del tratamiento de fisioterapia es disminuir la inflamación. Desde la fisioterapia se ayuda, mediante el uso de masajes y estiramientos, a restaurar el rango de movimiento de la cadera. Mejorando el tono y la coordinación en el músculo glúteo y la musculatura de la cadera, se ayuda a suavizar el movimiento del fémur reduciendo, de esta forma, la fricción sobre la bursa.
Se debe tener en cuenta que se puede necesitar llevar a cabo el tratamiento de fisioterapia durante un período de tiempo de entre 4 y 6 semanas, antes de conseguir la movilidad completa y la recuperación de la capacidad funcional de la cadera.