La aplicación de frío puede ser útil tras sufrir una lesión deportiva o haber practicado ejercicio físico y haber sufrido una torcedura, un esguince, contracturas y golpes.
Cuando practicamos ejercicio físico o algún deporte es habitual que se puedan producir lesiones. Precisamente, cuando se lesionan los tendones, los ligamentos, los músculos o el tejido cercano a estos, es habitual que también queden dañados los vasos sanguíneos cercanos a la zona afectada. Como consecuencia, es frecuente que se produzca una hemorragia que se extiende hacia el interior de los tejidos, desencadenando el proceso inflamatorio, produciendo inflamación y dolor.
Éste es el momento ideal para aplicar frío en caso de lesión, ya que produce un efecto vasoconstrictor que minimiza la inflamación y reduce la extensión de la hemorragia. Es decir, el momento más adecuado para aplicar frío cuando se produce una lesión es cuando ésta acaba de producirse, ya que permite bajar la inflamación, aliviar el dolor y los espasmos musculares.
La aplicación de frío en las primeras 24 o 48 horas es ideal para cualquier tipo de lesión aguda de ligamentos, músculos, tendones y huesos.
También es útil después de haber practicado deporte o algún tipo de ejercicio físico, ya que actúa como un antiinflamatorio habitual, impidiendo que los músculos de las zonas afectadas durante el ejercicio físico se inflamen de forma excesiva.
Crioterapia o aplicación de frío local | Termoterapia o aplicación de calor local | |
Efectos |
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Cómo aplicar |
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Indicaciones |
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Contraindicaciones |
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