En España, el ICTUS es un problema sanitario y social muy importante. Aunque no parezca frecuente, es la primera causa de discapacidad en adultos y la segunda de muerte, afectando principalmente a personas mayores de 60 años.
El ICTUS se produce como consecuencia de un déficit momentáneo (o definitivo) de irrigación sanguínea en el cerebro, privandolo de la sangre y, por ende, del oxígeno imprescindible para poder llevar a cabo sus funciones normales en nuestro organismo. El ICTUS, también conocido como accidente cerebrovascular (ACV), se puede dar como consecuencia de la rotura de un vaso sanguíneo (ICTUS hemorrágico) o como consecuencia de la obstrucción de una arteria cerebral (ICTUS isquémico). El ICTUS isquémico es el más frecuente.
Signos y síntomas.
Ante la sospecha de estar padeciendo un ICTUS, actuar de forma urgente nos puede salvar la vida. Es muy importante conocer y saber identificar sus síntomas, de forma que podamos buscar ayuda médica urgentemente. Los signos y síntomas que suelen preceder al ICTUS son:
- Adormecimiento de la mano, de la pierna o de la mitad del cuerpo, o pérdida de fuerza en ellos.
- Pérdida súbita, parcial o total, de la visión.
- Vómitos.
- Cefalea repentina.
- Sensación de vértigo o alteración significativa del habla.
Las tres primeras horas son de crucial importancia para determinar el pronóstico del ICTUS y la intensidad de las posibles secuelas.
Fisioterapia en el ICTUS.
Después de sufrir el ICTUS, tanto el paciente como su familia experimentan un período de asimilación, que dependerá de la gravedad de cada caso. Esto se debe tener en cuenta a la hora de realizar el tratamiento de fisioterapia, ya que es muy importante crear un entorno propicio para la recuperación del paciente.
Desde la fisioterapia se pueden revertir las consecuencias del ICTUS en diferente grado. El fisioterapeuta basará la terapia en el concepto de plasticidad neural para restablecer la autonomía del paciente. Antes del tratamiento, el fisioterapeuta realizará una evaluación del paciente, comprobando las limitaciones de éste. El tratamiento de fisioterapia se establecerá a corto, medio y largo plazo, examinando los avances del paciente.
Con la intervención del fisioterapeuta, se pueden minimizar las diferentes alteraciones provocadas por el ICTUS (como, por ejemplo, la dificultad para caminar), devolviendo la independencia del paciente y mejorando su calidad de vida. Durante el proceso de recuperación, también es muy importante el papel que juega el entorno familiar del paciente, ya que la familia deberá aprender, con ayuda del fisioterapeuta, las pautas necesarias de actuación con el paciente.