Nuestro estilo de vida puede provocar una serie de perjuicios para nuestra salud, sobre todo si no cuidamos nuestro cuerpo de la forma adecuada.
El estrés, la dieta desequilibrada y el sedentarismo son factores que deterioran, de forma progresiva, nuestra salud y que nos pueden provocar, fácilmente, sobrepeso. Para prevenir los problemas de la columna vertebral se debe mantener un mínimo de actividad física, mantener una correcta higiene postural y desarrollar la musculatura de la espalda.
En la mayoría de los casos, el sobrepeso se debe al aumento de la grasa corporal, aunque hay excepciones como algunos deportistas (culturistas) que pueden tener un peso mayor de lo normal a causa del aumento de la masa muscular.
El exceso de peso aumenta la carga de los discos intervertebrales, lo que acelera su desgaste y aumenta el riesgo de deformación o rotura. Además, este factor provoca un aumento del esfuerzo de la musculatura de la espalda para la movilización corporal o el mantenimiento de posturas, lo que facilita las contracturas y la presencia de dolor. Tener una musculatura correctamente desarrollada protege la columna y aumenta la capacidad de carga y resistencia de ésta, por lo que si la causa del sobrepeso es el aumento de la masa muscular, no supone un mayor riesgo para la espalda.
Mientras perdure el sobrepeso, el riesgo de que vuelva a aparecer el dolor de espalda será mayor. La repetición de los episodios dolorosos puede potenciar la duración de estos o, incluso, de que el dolor se cronifique.
Además si la persona es poco dada a la actividad física o es sedentaria, el episodio doloroso puede llegar a iniciarse mientras la persona se encuentra en reposo, limitar más la actividad física y posponer el inicio de los ejercicios físicos que han demostrado ser eficaces para tratar y prevenir el dolor de espalda.
El sobrepeso, como factor de riesgo, aumenta el riesgo de aparición del dolor, de incapacidad funcional y laboral, persistan y se cronifiquen.
Lo ideal para la espalda es reducir el peso de forma adecuada: realizando una dieta variada y equilibrada y realizando actividad física regular.