La incapacidad para retener orina es conocida como incontinencia urinaria, siendo este un problema muy común en las mujeres. En algunas mujeres, se dan pequeñas pérdidas accidentales de pequeñas cantidades de orina (al toser, estornudar, etc.). En otros casos, esta pérdida de orina puede ser frecuente o intensa. A menudo, las mujeres que padecen incontinencia se sienten demasiado avergonzadas para explicar su problema a los profesionales sanitarios. Sin embargo, con el debido diagnóstico, la incontinencia urinaria se puede llegar a tratar.
La incontinencia urinaria es un término general que engloba diferentes formas de incontinencia:
- Incontinencia de esfuerzo: pérdida accidental de orina durante la acción de toser, estornudar, reír, caminar o hacer ejercicio físico. Esto se debe a la debilitación de los tejidos que forman la vejiga urinaria o los músculos de la uretra. Este tipo de incontinencia es más frecuente en mujeres jóvenes.
- Incontinencia imperiosa: existe una necesidad repentina y extrema de orinar. La mujer pierde la orina de forma accidental antes de llegar al lavabo. Este tipo de incontinencia urinaria también se suele denominar “vejiga hiperactiva”. Esto se da cuando los músculos de la vejiga están demasiado activos y se contrae de forma muy frecuente. También puede llegar a producirse a causa de problemas neurológicos.
- Incontinencia por rebosamiento: En este caso, la mujer tiene pérdidas accidentales constantes de pequeñas cantidades de orina. Se suele dar cuando la vejiga no se vacía del todo al orinar. El músculo de la vejiga podría presentar alguna deficiencia en su actividad o la uretra se podría encontrar obstruida.
- Incontinencia mixta: La mujer presenta síntomas tanto de incontinencia de esfuerzo como imperiosa. Este tipo de incontinencia puede causar mayor pérdida de orina que los otros tipos por separado.
Síntomas.
Además de la pérdida de orina, la mujer que padece incontinencia también puede presentar otros síntomas:
- Nicturia: necesidad de orinar durante las horas de sueño.
- Disuria: micción dolorosa.
- Urgencia: necesidad urgente de orinar, independientemente de si la vejiga se encuentra vacía o llena, con presión pélvica.
- Enuresis: tendencia a orinarse en la cama o a pérdidas accidentales de orina mientras duerme.
Fisioterapia.
Los ejercicios de Kegel ayudan a fortalecer los músculos de la pelvis. Estos ejercicios son muy útiles para cualquier tipo de incontinencia. Los ejercicios de Kegel, junto con el acondicionamiento del esfínter vesical y la moderación en el consumo de líquidos, son útiles para tratar la incontinencia imperiosa y de esfuerzo:
Ejercicios de Kegel: Estos ejercicios mejoran el tono muscular del suelo pélvico. También fortalecen los músculos que rodean la uretra, la vagina y el recto. Estos ejercicios sólo son efectivos si se emplean los músculos correctos, se sostiene la contracción de los músculos durante el tiempo adecuado y se realizan con frecuencia. Estos ejercicios consisten en:
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Si la mujer presenta dificultades para realizar los ejercicios de Kegel, deberá consultar a un fisioterapeuta. La biorretroalimentación es una técnica que puede ser útil si la mujer tiene dificultad para ubicar los músculos correctos. En esta técnica se instalan unos sensores dentro o fuera de la vagina. Estos sensores miden la intensidad de las contracciones de los músculos del suelo pélvico. Cuando la persona contrae los músculos correctos, se observará la intensidad en un motor. Esta información permite saber si los ejercicios de Kegel se realizan de forma correcta.
Si la musculatura del suelo pélvico está demasiado débil y no se pueden realizar estos ejercicios, se pueden usar otras terapias, como la electroestimulación. Con esta técnica, se contraen los músculos pélvicos por medio de unos electrodos especiales. Estas contracciones fortalecen los músculos y hacen que sea posible realizar los ejercicios de Kegel.