En un primer momento, es muy importante diferenciar si nos encontramos ante una verdadera ciática o, por el contrario, ante un arsenal de problemas similares que se diagnostican, de forma común, como ciática pero que, en realidad, son ciatalgias o “falsas ciáticas”.

 

Las ciatalgias son de origen muscular o ligamentoso y el dolor es sordo, pero en algunos casos puede existir arreflexia (falta de reflejos) aunque no hay afectación motora. La posición antiálgica de la persona suele ser cruzada, es decir, se inclina hacia el lado contrario a la zona afectada por la ciatalgia, aunque también suele ser muy frecuente que no exista una actitud antiálgica.

 

En el caso de la ciática, el origen es un problema discal, donde el dolor es más agudo y los reflejos se suelen encontrar alterados, incluso ausentes. En la ciática pueden existir síntomas motores, incluso parálisis en los músculos relacionados con el nervio afectado. La persona suele presentar una actitud antiálgica directa, es decir, la persona se inclina hacia el lado afectado por la ciática con el objetivo de paliar el dolor.

 

Signos y sintomas

 

  • Dolor: el dolor en la pierna suele aumentar cuando la persona está sentada o en pie, ya que ambas posiciones pueden aumentar la presión intradiscal. La posición sentada es más dolorosa que la posición vertical, ya que la presión discal es superior, ocurriendo lo mismo al flexionar el tronco hacia delante. Todas las maniobras que aumentan la presión intraabdominal (toser, estornudar, defecar, etc.) agudizan el dolor ciático.

 

  • Desviación antiálgica: es causada por espasmos de los músculos de la espalda a nivel de la zona lesionada.

 

  • Rigidez lumbar: a causa del espasmo de la musculatura posterior de la espalda.

 

  • Afectación motora y de los reflejos.

 

En estas lesiones, la persona no tiene las herramientas necesarias para mejorar la sintomatología, por ello es aconsejable acudir al fisioterapeuta para que valore el origen de la lesión y haga un diagnóstico diferencial adecuado para distinguir si nos encontramos ante un caso de ciática o una ciatalgia.


Es importante que la persona valore sus hábitos de vida actuales que puedan llevarle a padecer este tipo de lesión. En ello pueden ser de relevancia factores como la ergonomía y la higiene postural, hábitos alimenticios, estilo de vida, situaciones emocionales, etc… Se aconseja realizar un reposo relativo con la aparición de los primeros síntomas de esta patología. Si los síntomas permiten mantener algún tipo de actividad física, se deben evitar aquellas situaciones que puedan agravar los síntomas.

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