La lesión muscular es una de las lesiones más frecuentes durante la práctica deportiva. Sin embargo, dado que en general revisten de menor importancia que las lesiones osteoarticulares, se les ha prestado tradicionalmente menor atención.
La rotura muscular de los músculos isquiosurales (formados por los isquiotibiales y el bíceps femoral) representa sobre un 12% de las lesiones totales, siendo la lesión muscular más frecuente. El mecanismo de rotura suele ser sin contacto. Normalmente se produce durante la carrera o en los minutos finales de la actividad deportiva, cuando la fatiga es mayor.
La alta incidencia de esta lesión se debe a la capacidad muscular para desarrollar mucha fuerza en un corto período de tiempo, elevando el número de fibras de contracción rápida.
La zona más afectada de la musculatura isquiosural es el bíceps femoral a causa de su compleja anatomía e inervación. Al tener una inervación distinta en cada una de sus dos porciones, es más frecuente que se produzca una alteración de la sincronización (asincronía) en la contracción muscular. Esta asincronía provoca una disminución de la capacidad para absorber altas tensiones.
Durante el análisis de la biomecánica de la carrera, se puede observar que la lesión se produce en la fase final de balanceo, cuando el músculo isquiosural actúa para desacelerar la pierna mientras controla la extensión de la rodilla. En este momento, el isquiosural debe resistir el paso de una acción excéntrica a una concéntrica, hecho que provoca una gran tensión muscular y una mayor vulnerabilidad.
Factores de riesgo.
Algunos de los factores de riesgo que predisponen a padecer una rotura de músculos isquiosurales son:
- Acortamiento muscular.
- Debilidad muscular.
- Elevada tensión neural.
- Fatiga y descoordinación en la contracción de los grupos musculares.
- Lesión previa.
Tratamiento de fisioterapia.
Generalmente, durante las primeras fases de la lesión, el tratamiento de la rotura de los músculos isquiotibiales suele ser conservador. Al ser un músculo que interviene en el movimiento de dos articulaciones, su tratamiento es global, teniendo en cuenta factores como el acortamiento muscular de la cadena posterior, la tensión neural, la posición de las articulaciones implicadas y la recuperación del tono muscular. Durante la fase final de recuperación, se pondrá especial énfasis en el entrenamiento excéntrico, ya que prepara al músculo para soportar altas tensiones, momento en el que éste suele lesionarse.